Efecto, pros y contras de la globalización

Efectos, pros y contras de la globalización

Como ya fue explicado anteriormente en este blog, la globalización es un proceso de integración entre las economías, las culturas, la tecnología y la política de los distintos países de todo el mundo.
Este proceso es causante de que hoy en día una simple manzana producida en la India y procesada en Vietnam pueda ser consumida por un neoyorquino. Las ventajas y desventajas de la globalización son sujeto de debate hoy en día, pero a continuación serán redactadas de forma resumida.

La principal ventaja que ofrece la globalización es la oportunidad que entrega a los países en vías de desarrollo, los cuales pueden unirse al mercado global y exportar sus recursos naturales y materias primas. Países como China, Taiwan, Vietnam y la India han experimentado un gran crecimiento en lo que a la economía se refiere gracias a la globalización. Sin embargo, un efecto secundario de esta incorporación al mercado mundial es la llegada de empresas extranjeras que se aprovechan de la mala situación de estos países para producir más barato, utilizando como mano de obra a una población sumida en la pobreza que es capaz de aceptar las malas condiciones que las multinacionales les ofrecen. Como respuesta, los pro-globalización explican que esto es algo necesario y que tan solo se trata de una etapa, como la que experimentaron los países hoy en día desarrollados al comienzo de la Primera Revolución Industrial, y que países como Taiwan ya han terminado ese periodo y han alcanzado la industrialización del país. Pero, ¿es necesario que unos pocos se llenen los bolsillos y dificulten el progreso de estos países? ¿No sería más fácil mejorar la calidad de vida de los trabajadores en lugar de recibir unos ingresos tan elevados?

La globalización es consecuencia de la victoria del capitalismo como sistema. Los contrarios a la globalización también son críticos con el capitalismo. Acusan a este sistema de provocar las desigualdades que existen en nuestro planeta hoy en día, donde un 20% de la población consume el 80% de los recursos mundiales. Un estadounidense consume treinta veces más que un indio. Partiendo de estas premisas, aquellos que se oponen a la globalización defienden que esta misma no es más que otro elemento creador de pobreza, haciendo que en países como Indonesia existan trabajadores los cuales cobran 1.14$ al día y que en caso de sufrir algún accidente trabajando no recibirían  ninguna compensación económica. Pero también es preciso tener en cuenta que la situación de los países globalizados, aunque sea mala, es mejor que bajo regímenes de corte marxista o autárquicos. Como podemos observar, el debate en torno a la globalización posee un importante trasfondo ideológico.

Los que apoyan la globalización acusan a la mala gestión y organización de los distintos gobiernos como causantes de la pobreza de sus países, como por ejemplo el gobierno de Kenia, en el que existe una enorme burocracia plagada de obstáculos que dificultan la creación de negocios. En consecuencia, hoy en día la población keniata se muere de hambre. Sin embargo, es una realidad que la sociedad de nuestros días se centra de forma excesiva en el beneficio propio y no en el común, y así lo expresa un misionero africano: "si la malaria se hubiera dado en un país rico, ya estaría erradicada". Por ello, la globalización no es sinónimo de solidaridad; ayuda a los países más trabajadores y con los gobiernos más transparentes pero no regala nada. Es aquí donde entra la cooperación al desarrollo, que tiene el objetivo de apoyar económicamente a estos países donde es necesaria la ayuda sin compensación alguna por la misma. 

Dejando de lado los efectos que está causando la globalización en nuestros días, miremos por un momento de cara al futuro. La automatización de la producción poco a poco se implementa en nuestra vida diaria. Esto es sin duda una consecuencia de la globalización y cabe analizarla. Probablemente la automatización se lleve consigo millones de trabajos, y esto asusta a muchas personas. Sin embargo, recientes estudios indican que los trabajos que generará serán mucho más numerosos. A pesar de esto, los nuevos  trabajos requerirán de una especialización mucho mayor que los actuales. Este hecho significará que las personas más vulnerables perderán la capacidad de progresar por medio del estudio (algo al alcance de casi todas las personas hoy en día), ya que al tratarse de trabajos con tal especialización será mucho más costoso acceder a su aprendizaje. Dependerá de los gobiernos ayudar a estas personas a acceder a la educación que necesitan. En caso de llegar a una solución que posibilite esto, se podría decir que gracias a la globalización la humanidad progresa. Si no fuera posible encontrar una solución perfecta, la globalización habría contribuido a generar más desigualdad en el mundo.

A modo de conclusión, la globalización puede verse como una herramienta para el desarrollo de cada país, pero para utilizarla se deberá pagar un precio muy elevado: la desgracia, explotación y posible pérdida de muchas vidas humanas. ¿Merece la pena, con tal de garantizar el bienestar de las próximas generaciones? Esa pregunta solo deberá ser contestada por los ciudadanos de cada país a la hora de ejercer su derecho al sufragio y votar por un partido político partidario o no de la globalización.

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