Intereses de los países ricos y multinacionales en la globalización
La globalización es resultado de la victoria del capitalismo como sistema en la disputa que presenció nuestro planeta en la segunda mitad del pasado siglo, disputa conocida como la Guerra Fría. Desde el fin de esta última, la mayoría de los países del mundo han abierto sus mercados y comenzado a comerciar con otros países, facilitando la inversión. Pero como la experiencia nos ha hecho saber, en todo suceso que tiene lugar en nuestra sociedad siempre encontraremos alguien con intención de sacar beneficio. Por ello, en esta entrada evaluaremos los intereses de los países ricos y las multinacionales en la globalización.
Los países que hoy en día se encuentran más desarrollados (los países occidentales) suelen tener una fuerte relación con la época imperialista que presenció el mundo a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Fueron los mayores poseedores de colonias a lo largo del globo, con países como Gran Bretaña llegando a dominar la India, Australia y casi la mitad del continente africano. Tras la Segunda Guerra Mundial, comenzó un proceso de descolonización en estos países, dejándolos ser de nuevo libres y servirse a ellos mismos en lugar de servir a los países ricos. Pero, ¿hasta qué punto es esto verdad? ¿Es la globalización una nueva forma de imperialismo más sutil?
Como ha sido explicado anteriormente, la globalización facilita la inversión en los países que se suman a ella. Esto normalmente es visto como algo bueno, una herramienta para permitir que las regiones más pobres del mundo puedan iniciar proyectos que, de no ser por la inversión extranjera, no podrían comenzar debido a la necesidad de grandes cantidades de capital. Pero esto no es lo único que sucede al realizar inversiones. Cuando alguien invierte, lo hace pensando que va a recibir una cantidad de dinero mayor a largo plazo, por lo que saldrá beneficiado. Al mismo tiempo, la persona que recibe la inversión obtendrá un beneficio mucho menor en su proyecto, a pesar de ser quien ha trabajado en el mismo. ¿Y quienes realizan estas inversiones? Los gobiernos y las multinacionales de los países ricos. Por tanto, si establecemos que invertir es igual a obtener parte de algo para recibir sus frutos cuando ese algo progrese, podemos constatar que los países ricos, al ser los únicos que disponen del capital suficiente para invertir, se están adueñando de parte del mundo gracias a la globalización. Los países en vías de desarrollo jamás serán capaces de alcanzar la riqueza que tienen los países desarrollados, puesto que siempre deberán parte de su economía a estos últimos. Si de verdad se quiere alcanzar esa riqueza, los gobiernos deberán tomar políticas proteccionistas y hacer florecer las industrias de sus países para que puedan competir con las empresas extranjeras, como ha hecho China en las últimas décadas.
Además de esto, las multinacionales de los países ricos presentan otro problema para los países pobres: acaban con la industria local de estas regiones, creando de nuevo una dependencia de los países pobres hacia las multinacionales que, provistas de una buena capacidad económica, ofrecen precios mucho más bajos.
Reanudando el tema de la inversión en los países pobres, encontramos que los países ricos vuelven a ser dueños de estos. Defensores de la globalización argumentan que esta inversión es necesaria y que los países ricos deben recibir beneficio al colocar su capital en estos proyectos. Pero, ¿es acaso legítima la riqueza de estos países? Como ha sido mencionado anteriormente, hace tan solo un siglo todo el globo estaba en manos de Europa, y como es obvio, los europeos recibieron una gran riqueza por ello. Riqueza que no procede de sus industrias o de los recursos naturales de sus territorios, sino de la explotación de las colonias y la apropiación de materias primas y mano de obra que no son de su pertenencia. Por tanto, los países ricos están obteniendo beneficio por el simple hecho de invertir capital en los países de donde la han robado.
A modo de conclusión, los principales intereses que tienen los países ricos y las multinacionales en la globalización vuelven a ser, como suele ser común hoy en día, el beneficio propio en lugar del progreso de la humanidad.
(Nota: lo enunciado en esta entrada posee un fuerte carácter antiglobalización con el que no me encuentro de acuerdo. Este solo ha sido un trabajo de investigación realizado para reflejar los intereses de los países ricos y las multinacionales en la globalización, dejando de lado las ventajas que puedan ofrecer el cumplir los objetivos de estos, como mejoras en las infraestructuras de los países pobres, mejoras en el nivel de vida, etc.)
Los países que hoy en día se encuentran más desarrollados (los países occidentales) suelen tener una fuerte relación con la época imperialista que presenció el mundo a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Fueron los mayores poseedores de colonias a lo largo del globo, con países como Gran Bretaña llegando a dominar la India, Australia y casi la mitad del continente africano. Tras la Segunda Guerra Mundial, comenzó un proceso de descolonización en estos países, dejándolos ser de nuevo libres y servirse a ellos mismos en lugar de servir a los países ricos. Pero, ¿hasta qué punto es esto verdad? ¿Es la globalización una nueva forma de imperialismo más sutil?
Como ha sido explicado anteriormente, la globalización facilita la inversión en los países que se suman a ella. Esto normalmente es visto como algo bueno, una herramienta para permitir que las regiones más pobres del mundo puedan iniciar proyectos que, de no ser por la inversión extranjera, no podrían comenzar debido a la necesidad de grandes cantidades de capital. Pero esto no es lo único que sucede al realizar inversiones. Cuando alguien invierte, lo hace pensando que va a recibir una cantidad de dinero mayor a largo plazo, por lo que saldrá beneficiado. Al mismo tiempo, la persona que recibe la inversión obtendrá un beneficio mucho menor en su proyecto, a pesar de ser quien ha trabajado en el mismo. ¿Y quienes realizan estas inversiones? Los gobiernos y las multinacionales de los países ricos. Por tanto, si establecemos que invertir es igual a obtener parte de algo para recibir sus frutos cuando ese algo progrese, podemos constatar que los países ricos, al ser los únicos que disponen del capital suficiente para invertir, se están adueñando de parte del mundo gracias a la globalización. Los países en vías de desarrollo jamás serán capaces de alcanzar la riqueza que tienen los países desarrollados, puesto que siempre deberán parte de su economía a estos últimos. Si de verdad se quiere alcanzar esa riqueza, los gobiernos deberán tomar políticas proteccionistas y hacer florecer las industrias de sus países para que puedan competir con las empresas extranjeras, como ha hecho China en las últimas décadas.
Además de esto, las multinacionales de los países ricos presentan otro problema para los países pobres: acaban con la industria local de estas regiones, creando de nuevo una dependencia de los países pobres hacia las multinacionales que, provistas de una buena capacidad económica, ofrecen precios mucho más bajos.
Reanudando el tema de la inversión en los países pobres, encontramos que los países ricos vuelven a ser dueños de estos. Defensores de la globalización argumentan que esta inversión es necesaria y que los países ricos deben recibir beneficio al colocar su capital en estos proyectos. Pero, ¿es acaso legítima la riqueza de estos países? Como ha sido mencionado anteriormente, hace tan solo un siglo todo el globo estaba en manos de Europa, y como es obvio, los europeos recibieron una gran riqueza por ello. Riqueza que no procede de sus industrias o de los recursos naturales de sus territorios, sino de la explotación de las colonias y la apropiación de materias primas y mano de obra que no son de su pertenencia. Por tanto, los países ricos están obteniendo beneficio por el simple hecho de invertir capital en los países de donde la han robado.
A modo de conclusión, los principales intereses que tienen los países ricos y las multinacionales en la globalización vuelven a ser, como suele ser común hoy en día, el beneficio propio en lugar del progreso de la humanidad.
(Nota: lo enunciado en esta entrada posee un fuerte carácter antiglobalización con el que no me encuentro de acuerdo. Este solo ha sido un trabajo de investigación realizado para reflejar los intereses de los países ricos y las multinacionales en la globalización, dejando de lado las ventajas que puedan ofrecer el cumplir los objetivos de estos, como mejoras en las infraestructuras de los países pobres, mejoras en el nivel de vida, etc.)
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